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“Contra viento y marea”

Kanya Sesser nació sin piernas pero esto no le impidió modelar lencería y hacer surf

Kanya Sesser es una joven tailandesa que nació sin piernas y fue abandonada por sus padres en las escaleras de un templo budista con apenas una semana de vida.

Tiene 23 años. Nació sin piernas y fue abandonada por sus padres biológicos. A los cinco, una familia de Portland la adoptó. Actualmente modela lencería para las grandes marcas y planea competir en los Juegos Paraolímpicos 2018.

Kanya Sesser es una joven tailandesa que nació sin piernas y fue abandonada por sus padres en las escaleras de un templo budista con apenas una semana de vida. Vivió en un orfanato hasta que a los cinco años fue adoptada por una pareja de Portland, Oregon, Estados Unidos.

Incentivada desde pequeña por sus padres adoptivos, Kanya practicó todo tipo de deportes y para los diecisiete años ya se destacaba como deportista paralímpica, logrando medallas en las pruebas de 100, 200, 400, 800 y 1.500 metros en silla de ruedas. Al ciclismo se sumaron los deportes extremos como el snowboard, surf y skate.

Sin embargo, tras su faceta como deportista la joven descubrió otra actividad: el modelaje. Fue así que comenzó una carrera como figura de marcas deportivas como Rip Curl Girl, entrando así al modelaje profesional. Pero eso no era todo: Kanya decidió ir por más y ser la figura de marcas de lencería. “Yo soy diferente y es sexy. No necesito piernas para sentirme sexy”, asegura hoy la joven.

“Siempre tengo una actitud positiva sobre todas las cosas que hago porque me divierte y a la vez me permite expresarme” cuenta Kanya en otra de las tantas entrevistas que los medios locales le han realizado.

Con un sueldo estimado en mil dólares por día y una vida repartida entre el deporte y el modelaje, esta bella joven sabe que gran parte de su éxito se debe a lo que aprendió de sus padres adoptivos: “Ellos me enseñaron todo. Me mostraron lo bueno de la vida”, señala.

Decidida a continuar con su carrera deportista, Kanya entrena para cumplir otro de sus sueños: participar en los Juegos Paralímpicos de Invierno en 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur. “No tengo piernas ¿y a quién le importa? Vivo a mi manera, hago las cosas que me gustan y lo que puedo hacer”, concluye.

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