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Confirman la seguridad de los edulcorantes no calóricos

Los edulcorantes no calóricos no son productos de la modernidad: están disponibles desde hace más de un siglo. (Imagen ilustrativa)

Expertos de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios y de la Sociedad Argentina de Nutrición destacaron que son solo aditivos alimentarios de sabor dulce, aprobados luego de exhaustivos análisis por todas las autoridades sanitarias internacionales.

Criticaron la extrapolación en humanos de estudios realizados en animales, que fueron expuestos a cantidades exorbitantes de edulcorantes no calóricos que una persona jamás podría ingerir voluntariamente.

Destacados expertos en nutrición y de ciencia y tecnología alimentaria confirmaron la seguridad de los edulcorantes no calóricos, en respuesta a versiones surgidas a partir de un estudio en animales de laboratorio difundido recientemente. El anuncio fue realizado en ocasión del Simposio denominado ‘Mitos y Verdades sobre Edulcorantes No calóricos’ organizado por la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA) y llevado a cabo en la Sociedad Argentina de Nutrición, con la participación de prestigiosos oradores nacionales e internacionales

“Los edulcorantes no calóricos son solo aditivos alimentarios de sabor dulce que han sido debidamente aprobados por las autoridades sanitarias internacionales luego de exhaustivas revisiones de todas las investigaciones científicas disponibles, con el objetivo de constatar que no presenten ningún efecto sobre la salud humana”, afirmó Susana Socolovsky, doctora en Química, Consultora en Asuntos Regulatorios y Científicos de la AATA. Aclarando que lamentablemente es frecuente encontrar estudios que los relacionan con efectos metabólicos en animales, y con mayor insistencia aún se sacan conclusiones extrapoladas a humanos en forma indebida, olvidando que por la naturaleza misma del aditivo alimentario, se autorregula en la cantidad que una persona puede utilizar para edulcorar un alimento, o que puede usarse en alimentos o bebidas, lo que hace imposible ingerir las cantidades a las que se fuerza a consumir a los animales de laboratorio.

En Europa y en todo el mundo, los edulcorantes, al igual que otros aditivos alimentarios, se someten a un riguroso proceso de investigación y evaluación. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por su siglas en inglés), así como la Food and Drug Administration (FDA) de los EE.UU. y otras prestigiosas agencias regulatorias, definen los niveles de ingesta diaria aceptable (IDA) y revisan exhaustivamente y en forma periódica cada nueva información sobre su seguridad. Estas medidas garantizan a la población que los edulcorantes no calóricos aprobados sean seguros.

Cada país establece sus propios niveles de uso en alimentos y bebidas, basándose en la información provista por el Codex Alimentarius, un compendio de normas y regulaciones alimentarias de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Todos los edulcorantes no calóricos que se utilizan en la producción de alimentos y bebidas se han sometido a rigurosas pruebas de seguridad. La autorización y utilización de estos aditivos alimentarios está armonizada en el Mercosur e incorporada en el Código Alimentario Argentino”, insistió la Dra. Socolovsky.

Entre los principales edulcorantes no calóricos, que se utilizan solos o asociados, se destacan el acesulfamo K, el aspartamo, el ciclamato y sus sales, la estevia (glicósidos de esteviol), la neohesperidina dihidrochalcona, el neotame, la sacarina y sus sales y la sucralosa.

La Ingesta Diaria Aceptable (IDA) para cada edulcorante, indica la cantidad del producto que se puede consumir por día de manera inocua durante toda la vida de una persona. Esta cantidad se calcula como fracción (una centésima parte) del volumen que ha demostrado ser seguro en modelos animales. Los estudios confirman que el nivel de edulcorantes no calóricos que se consumen realmente está muy por debajo de la IDA.

En opinión de la Dra. France Bellisle, Investigadora de la Unidad de Epidemiología Nutricional de la Universidad de Paris (13), una de las invitadas extranjeras al encuentro, “los edulcorantes dietéticos son una alternativa interesante para quienes deben restringir el consumo de azúcar o presentan dificultades para mantener su peso corporal. En mi experiencia, se aprovechan más al usarlos en bebidas, porque se pasa de cierta cantidad de calorías a cero. En los alimentos sólidos, la gente debe ser más prudente, porque aunque el edulcorante no aporte calorías, sí lo hace el resto del alimento”.

Respecto de investigaciones preliminares que sugerirían una potencial propiedad de los edulcorantes de aumentar el apetito, la Dra. Bellisle, que también es Profesora Asociada de la Universidad Laval de Quebec, Canadá, manifestó que en aquellos estudios en los que la metodología estuvo bien hecha, las conclusiones fueron exactamente las contrarias: “quienes usaban edulcorantes consumían menos azúcar y carbohidratos que quienes no lo hacían”.

Otro de los invitados extranjeros, el Dr. Ashley Roberts, Vicepresidente Senior del Equipo de Alimentación y Nutrición de Interek (Canadá), disertó sobre el estudio que relaciona a algunos edulcorantes con cambios en la microbiota intestinal, mostrando que la investigación no es concluyente: “la evidencia clínica consistente defiende la seguridad de estos ingredientes 0 para sus usos esperados. Numerosos estudios clínicos e investigaciones a largo plazo en animales, muestran que los edulcorantes no calóricos en los niveles permitidos no tienen efecto en la glucosa en sangre. No hay evidencia que sugiera que el edulcorante no calórico en los niveles autorizados, presente peligros en la salud. Esta es una visión compartida por todas las más importantes autoridades regulatorias internacionales”.

Mientras que para el Dr. Norberto Giglio, Master en Farmacoepidemiología, Pediatra y miembro de la División de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, “en términos de resultados en salud o enfermedad y su relación causal frente a una determinada exposición, se necesita de investigaciones éticas y correctamente diseñadas en seres humanos. Los resultados obtenidos en estudios en animales no permiten inferir con certeza lo que puede suceder en las personas”.

Durante el mismo simposio, el Dr. Ashley Roberts presentó además las últimas novedades en edulcorantes derivados de estevia, destacando que impactarán con excelentes propiedades de sabor en los futuros alimentos y bebidas. “Representan un antes y un después en el sabor de edulcorantes, una mejora de sabor inigualable”.

Acerca de los edulcorantes

Los edulcorantes no calóricos son aditivos alimentarios con la capacidad de endulzar mucho más que el azúcar de mesa (sacarosa), por lo cual se utiliza una cantidad mucho menor para lograr el mismo sabor dulce. Eso los constituye en herramientas útiles que permiten crear alimentos y bebidas de menor contenido calórico, contribuyendo a que los consumidores puedan controlar el peso corporal ingiriendo un menor número de calorías.

Entre los edulcorantes no calóricos más usados están el acesulfamo K, el aspartamo, el ciclamato y sus sales, la estevia (glicósidos de esteviol) la neohesperidina dihidrochalcona, la sacarina y sus sales y la sucralosa, que son entre 150 a 600 veces más dulces que la sacarosa (azúcar de mesa utilizada como estándar de dulzor).

La intensidad del dulzor de cada uno de estos edulcorantes depende de su poder edulcorante intrínseco y de la cantidad en la que se utilicen. Todos los mencionados tienen un contenido calórico de 0 (cero) calorías, con excepción del aspartamo que tiene 4 kilocalorías por gramo, pero se les llama “no calóricos” en forma general porque en la práctica se adicionan a los alimentos y bebidas en cantidades muy pequeñas.

Los edulcorantes no calóricos no son productos de la modernidad: están disponibles desde hace más de un siglo. La sacarina fue descubierta en 1879 por Constantin Fahlberg, un químico que trabajaba en la Universidad John Hopkins, en los Estados Unidos, y fue utilizada vastamente durante las épocas de escasez de azúcar, como en la Primera Guerra Mundial. Aunque, en algunos países, ya en 1945 las bebidas se edulcoraban con combinaciones de sacarosa y sacarina.

Las bebidas sin calorías y Light se hicieron famosas recién a principios de los 80, con la introducción del aspartamo. En los últimos 35 años, las ventas de bebidas bajas en calorías ha aumentado en forma exponencial y, en algunos países, los bebidas sin azúcar son la opción más elegida por los consumidores.

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