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Alimentación

Un desayuno balanceado, clave para cuidar la salud hepática

La mala alimentación enseguida repercute en nuestro hígado.

El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano y su buen desempeño es vital para el organismo ya que ejerce cerca de 500 funciones distintas, por lo cual es muy importante cuidarlo para ganar calidad de vida. Sin embargo, muchas veces las actividades cotidianas nos hacen olvidarlo, y padecemos molestias tales como mala digestión o dolor abdominal.

La mejor manera de cuidar la salud hepática es comenzar por un buen desayuno que ayude a una mejor depuración, con alimentos que aporten nutrientes.

Una de las infusiones permitidas para estos casos es el café. Aunque no lo parezca, un estudio realizado por universidades del Reino Unido en 2015 reveló que tomar dos tazas diarias disminuye el riesgo de sufrir enfermedades hepáticas. Sus virtudes antioxidantes reducen la presencia de la enzima (GGT) en la sangre, uno de los biomarcadores que dan índices de la cirrosis. También ayuda a reducir el colesterol LDL.

El consumo de ajo en ayunas también contribuye a mejorar la salud de nuestro hígado, ya que contiene altas cantidades de compuestos naturales que combaten la inflamación, favorecen su limpieza y a dinamizar el metabolismo.

También se aconseja comer una tostada de pan con aceite de oliva extra virgen, hecha con pan de cereales. Además de rico, es híper saludable gracias al ácido oleico que posee este aceite, que contribuye a la vasodilatación arterial, y al extracto hidrofílico, ideal para la regeneración celular.

Para quienes adoran las frutas, nada mejor que el pomelo rosado, rico en licopeno, un pigmento carotenoide con enorme poder antioxidante. Esta fruta ayuda a eliminar toxinas y a reparar las células hepáticas inflamadas a causa de los ácidos grasos.

Otra alternativa infaltable es la manzana, al horno o al natural, rallada o entera, incluso combinada con otras exquisiteces: con miel y canela, con azúcar, en licuados o jugos.

En cuanto a los cereales, la avena es muy recomendable para el desayuno por su calidad nutritiva y depurativa: sus aminoácidos ayudan a estimular la producción de lecitina en el hígado. También ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre y a obtener un gran nivel de proteínas vegetales.

Por supuesto que estas sugerencias no deben dejar de lado las proteínas, presentes en huevos, leche de soja, pollo o queso gruyere.

Una dieta balanceada, que combine todos estos elementos en su justa medida evitando contenidos grasos y productos envasados, sin duda hará sentir nuestro hígado como nuevo.

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