De este modo, a pesar de que en octubre de 2012 se votó la ley de despenalización del aborto en el país, la joven quedó obligada a dar a luz por la jueza, medida que fue apelada por su defensa.

Por su lado, organizaciones políticas y sociales, además de activistas de los derechos de las mujeres, lanzaron una campaña en defensa de la voluntad de la mujer, mientras que la Iglesia Católica salió en defensa de la magistrada.

La embarazada, de 24 años, argumentó además que con su escaso sueldo de 20.000 pesos no está en condiciones de mantener otro hijo, y reafirmó su derecho a acogerse a la Ley N° 18.987 de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Con la cara oculta, la joven dio una entrevista al Canal 4, donde explicó que no mantenía un vínculo amoroso con su ex pareja pero sí una relación en la cual "cada uno tenía sus libertades" y

aseguró que no buscaban un hijo sino que tuvieron un descuido: "me habían cambiado las pastillas, y como las seguía tomando nunca pensamos que había un riesgo latente".

A ella le pareció correcto avisarle sobre su decisión de abortar, que fue fuertemente rechazada por el hombre, cuyo abogado manifestó que incluso está dispuesto a criarlo sólo.

La postura de la jueza

Por su parte, la magistrada dispuso "hacer lugar a la demanda de amparo, disponiéndose la suspensión por parte (de la institución médica) del proceso (de aborto) previsto en la Ley", con el argumento de que "la ley no puede entenderse e interpretarse como una operación matemática".

Y fundamentó que "toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción".