Mundo NOVA
Todo sigue igual

Israel: a 44 años de la Guerra de Iom Kipur, nada se aprendió

La guerra de Iom Kipur fue un conflicto bélico librado por la coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria contra Israel desde el 6 al 25 de octubre de 1973.

Por Israel Rabinowicz, especial para NOVA

Una guerra que no termina con un acuerdo de paz aceptado por ambas partes, es una guerra inconclusa. Al cabo de un tiempo resurgirá en lo que la gente definirá con otro nombre, distinto al anterior. El dictado que se le impuso a Alemania en Versalles después de la Primera Guerra Mundial, fue la causa casi directa de la segunda. La Guerra de los Seis Días fue la causa principal de la de Iom Kipur de la cual ahora se cumplen 44 años.

Uno de los padres de la estrategia israelí, de la concepción que se formó de la seguridad del Estado, Itzjak Sadé, fundador y jefe del Palmaj (fuerza militar judía anterior a la creación del Estado, bajo el mandato inglés) sostiene en la introducción a su libro " ¿Qué innovó el Palmaj? " que la estrategia de la defensa no puede ni debe dejarse en manos de militares profesionales.

Explica que el profesionalismo militar es el que conduce siempre a que un Ejército se prepare para la guerra que ya fue y no para la guerra que será. Las mentes quedan herméticamente cerradas en lo que se denomina “la concepción estratégica “.

Hasta la guerra de 1967, el destino de la seguridad de Israel estuvo siempre en manos de un ministro de Seguridad civil, David Ben Gurión, Pinjas Lavón o Levi Eshkol. Moshé Dayán fue el primer militar que ocupó ese puesto clave en un gabinete israelí.

Fue así que mientras en los difíciles días de mayo del 67, el gobierno de Eshkol esperó y dudó hasta los límites de la exasperación. A partir del séptimo día de la guerra, Israel dejó de esperar en lo que a la guerra se refería. La concepción era que ningún líder árabe se animaría a atacar sabiendo que sería dura y rápidamente derrotado.

A partir de la Guerra de los Seis Días dejamos de creer en nada que no sea nuestra propia fuerza, no la fuerza espiritual de quien está seguro de la justicia de sus actos, sino de la fuerza física de un Ejército capaz de doblegar a cualquier posible rival. Nació casi en el mismo momento en que Dayán aseguró que “esperamos ahora el llamado telefónico de los árabes “ y se acentuó poco después cuando Golda Meir insistió que “no hay un pueblo palestino".

Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. En uno de los suplementos de Rosh Hashaná en el año 1973 Arie Eliáv publicaba un fragmento bajo el título de “La Gaviota “. En él se describía el barco que llevaba sobre las aguas a su carga de gente bulliciosa y despreocupada, bailando, bebiendo, todos disfrutando, incluso la tripulación. Mientras la gaviota, sobrevolando las aguas más adelante, ve el peligro inminente del choque fatal y trata ansiosamente de alertar a la tripulación, pero nadie le presta atención, hasta que el choque se produce y es demasiado tarde.

En un libro hace poco editado se conoció un documento desclasificado por el cual nos informamos que a fines de 1971 y principios del 72, el secretario de Estado Americano le presentó a Golda Meír una oferta del Presidente Sadat: la paz con Egipto contra la devolución total del Sinaí. La Primer ministro la rechazó, el secretario de Estado insistió intentando influir vía Ben Gurión, ya retirado en su kibutz Sde Boker, quien pese a su edad y con sus neuronas e inteligencias aún a pleno, entendió en forma inmediata la amplitud del ofrecimiento Egipcio.

La llamó a Meir para presionarla, ésta lo rechazó. Lo que en otros tiempos la palabra de Gurión eran órdenes ya se veían como provenientes de un viejo que ya era parte de la historia. Los resultados están a la vista, la Guerra de Iom Kipur llevó a lo mismo, en el camino 2.700 muertos por el lado israelí, la recuperación del orgullo egipcio y la devolución total del Sinaí.

Semanalmente con hijos y nietos nos encontramos para un almuerzo de familia, lo mismo sucede en miles de hogares, alrededor de la mesa las más variadas líneas políticas. Recuerdo que en una de ellas mi nieta con solo 7 años, cuando se debatía el tema de los túneles que cruzan desde Gaza hacía Israel y que son el arma más poderosa con los que Hamás amenaza, inocentemente preguntó: ‘¿Y por qué no construyen un muro hacia abajo?’.

Lo que era simple para todos llevó años instrumentar, ahora cuando la misma está en plena construcción, tendrá casi 70 kilómetros de extensión, 10 metros de profundidad y otros tanto de altura con todos los sensores, los conocidos y los otros que deben ser los más, una inversión de casi 2 000 millones de dólares. Estará finalizada en el 2019 y dejará absolutamente blindada, desaparecerá totalmente la amenaza de los túneles. En manos del Hamás se mantienen o aparecerán otras amenazas, pero la de los túneles definitivamente desaparece.

En el medio guerras, centenares de muertos, secuestros e intercambios de prisioneros, inseguridad y comisiones al máximo nivel para nada, lo que era de tan simple solución se convirtió en la clara demostración de cómo lo fácil se puede convertir en complicado. De los errores de la Guerra de Iom Kipur, nada se aprendió.

Lectores: 457

Envianos tu comentario