Uruguay demostró su rechazo a la política antidemocrática de Nicolás Maduro
El gobierno de Uruguay votó a favor de aplicar en Venezuela la carta democrática del Mercosur. Como argumento, se señalaron la negación al diálogo, el desconocimiento de la Asamblea Nacional, el no respeto de la separación de poderes, la prescripción a dirigentes políticos por 30 años,el juzgamiento a civiles con la Justicia militar y la destitución de la fiscal de la Nación.
Luego de 22 intentos frustrados de diálogo entre el gobierno y la oposición del país liderado por Nicolás Maduro, y sin lograr más que "una negativa cerrada y rotunda”, ya “no había otra alternativa” que la que se tomó, explicó el canciller Rodolfo Nin Novoa. Y aclaró que esta decisión no tiene otro objetico más que dar un “mensaje político” al gobierno venezolano.
La medida de dar apoyo la aplicación del protocolo de Ushuaia fue tomada en conjunto con el presidente Tabaré Vázquez. "Es una señal política, desde el punto de vista comercial, desde el punto de vista de las relaciones diplomáticas y desde lo que le va a suceder al pueblo venezolano me parece que cambia poco en la medida que no haya voluntad de dialogar", aseguró Nin Novoa.
La postura de Uruguay está dirigida a gobiernos que llevan adelante “acciones de carácter de dudosa democracia", y un ejemplo de eso es “la proscripción de los dirigentes políticos”, expresó el canciller. "La dictadura uruguaya no fue capaz de proscribir a los candidatos para más de una elección y aquí se están proscribiendo 30 años", añadió.
"Quien tiene que iniciar el dialogo es el gobierno. Pero cuando se pasa por arriba a la Asamblea Nacional y se nombra una Asamblea Nacional Constituyente, que es para reformar la Constitución, y el primer acto que hace es echar a la fiscal general de la Nación y con el repudio de todas las fiscalías del Mercosur exhortando a rever esa situación, cada vez más se muestra la intencionalidad de la asamblea", agregó.
Por otro lado, la decisión del gobierno uruguayo apunta a demostrar su rechazo a la represión y la muerte, que cada día se cobran una nueva víctima en las calles venezolanas. Una evidente, dura y continua violación a los derechos humanos que va en contra de las garantías que todo gobierno debería brindar a la población..
