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¿Cuáles son los alimentos que protegen al cerebro?

La "dieta mediterránea" también ha demostrado reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. (Imagen ilustrativa).

Las verduras verdes de hoja, los alimentos que conforman la dieta mediterránea, y los probióticos y prebióticos encabezan la lista de alimentos que protegen al cerebro.

Recientemente, la cadena estadounidense de televisión CBS dio a conocer un informe que explica cómo ciertos alimentos impactan en el cerebro ayudando a protegerlo del paso del tiempo.

Allí, el Dr. Joel Salinas, neurólogo del Hospital General de Massachusetts, explicaba que "el cerebro es la placa madre de la realidad y por eso, cuanto mejor podamos cuidar este órgano que está tan profundamente ligado a lo que somos como persona, a este universo en el que vivimos, más satisfactoria será nuestra vida”.

Por su parte, el Dr. José Antonio Bueri, jefe del servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral, afirmó: “Cuando se habla de proteger al cerebro nos referimos a un estilo de vida sano. Esto incluye hacer ejercicio, evitar la obesidad, el tabaquismo y el exceso de alcohol. Además por supuesto es muy importante controlar y tratar enfermedades que suelen tener impacto negativo sobre el cerebro como la hipertensión arterial, el colesterol elevado y la diabetes. En tercer lugar, afortunadamente, cada vez se le presta más atención a la alimentación”.

Por ejemplo, evitar el exceso de calorías es una muy buena primera medida a tomar para cuidar el cerebro; mientras que una segunda estrategia es seleccionar lo que se come. En este sentido, los vegetales verdes de hoja como lechuga, rúcula, brócoli, espinaca y acelga ayudan a mantener saludable el cerebro porque diversos estudios demostraron que este tipo de vegetales se relacionan con menor riesgo de declinación cognitiva.

“Por otro lado, los alimentos prebióticos contienen bacterias, fibras y residuos que promueven el crecimiento de bacterias intestinales (flora) que son beneficiosas. Los arándanos, el aceite de oliva, las nueces, los vegetales de hoja, la avena y la banana son alimentos prebióticos que agregan bacterias al intestino. También son probióticos el yogurt, los pickles y productos fermentados como el sauerkraut”, enumeró el Dr. Bueri.

Además, el especialista agregó que “estas bacterias que promueven los probióticos son parte normal de los procesos digestivos porque trabajan controlando fenómenos inflamatorios nocivos en nuestro cerebro. De este modo, los alimentos pre y probióticos reducen la inflamación en el sistema nervioso”.

Por otro lado, la llamada dieta mediterránea, que se basa en platos típicos de esa cocina, también ha demostrado reducir el riesgo de enfermedad cardiaca (que tiene un impacto negativo sobre la salud del cerebro). Esta dieta incluye nueces, pescado, aceite de oliva y el reemplazo de las grasas saturadas de la carne roja por la de los alimentos mencionados. Más opciones consisten en atún, salmón, nueces y pistacho.

A su vez, algunos tipos de pescado y nuez contienen niveles elevados de Omega-3, un tipo específico de grasa que reduce la actividad inflamatoria en el cerebro porque el Omega-3 disminuye el colesterol “malo” o LDL, que es el que se deposita y acumula en la pared arterial y aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.

“Gracias a estudios se estableció que los individuos que siguen esta dieta tienen menos probabilidades de padecer deterioro cognitivo y enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, porque varios de los componentes grasos insaturados de Omega-3 participan en el crecimiento y desarrollo cerebral y constituyen una proporción importante de los ácidos grasos del cerebro, tanto en estructura como en función”, señaló el especialista.

Y concluyó: “Por estos motivos se recomienda una alimentación adecuada no solo en cantidad sino también en calidad y sin excesos. Una dieta inteligente debe tener en cuenta el cuidado de nuestro cerebro, corazón y arterias”.

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