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Enfermedades del corazón

Fibrilación auricular, "la nueva epidemia del siglo XXI"

Si no es tratada a tiempo, puede causar insuficiencia cardíaca y accidente cerebro vascular. (Imagen ilustrativa).

La fibrilación auricular (FA) es un tipo de arritmia relativamente frecuente que se caracteriza por latidos descoordinados y desorganizados, lo que produce un ritmo cardíaco rápido e irregular. Su prevalencia es del 1% en personas menores de 60 años y de hasta el 8% en mayores de 80 años.

Si bien tiene un alto índice de curación, si no es tratada a tiempo la FA puede causar insuficiencia cardíaca y accidente cerebro vascular.

“Se la considera la epidemia del siglo XXI. Se está viendo en los últimos años que hay más casos de FA que los que había hace 10 años atrás. Esto se debe a varias razones; una es que la longevidad de la población aumentó, por otro lado los tratamientos han mejorado: los pacientes ya no mueren de un infarto, pueden tratarse y viven hasta los 75 u 80 años sin problemas. Por esto, el crecimiento en la incidencia de la arritmia es geométrico, y no aritmético, y los casos son cada vez más”, sostiene el doctor Fernando Scazzuso, jefe del Servicio de Arritmias y Electrofisiología del ICBA (Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, Argentina).

Este tipo de trastorno, que afecta tanto a jóvenes como a mayores de 40 años, puede presentarse en personas con cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, enfermedad reumática, obesidad, hipertensión, entre los más frecuentes.

También, la FA puede presentarse en corazones aparentemente sanos, como ocurre en un tercio de los casos en la población general. “Existe una porción de pacientes con FA que no presentan síntomas, personas que tienen sus corazones aparentemente sanos, que no han sentido nunca un malestar, ni palpitaciones extrañas. Esto, junto a otros factores, promueve la consulta médica tardía. En nuestro país en promedio un paciente puede demorar alrededor de 6 años en ir al médico para su tratamiento definitivo”, agrega Scazzuso.

Si bien algunos pacientes no presentan síntomas, en la mayoría de los casos el síntoma más común es la palpitación. Además, puede haber otros síntomas como la falta de aire, el malestar en el pecho, los mareos e incluso desmayos. “Es fundamental la consulta con el médico. En el caso de las arritmias, la primera señal es ´sentir´ el latido, darnos cuenta de que estamos teniendo palpitaciones. Si la arritmia además se acompaña de otros síntomas como palpitaciones, falta de aire y mareos, definitivamente es una alarma que no podemos dejar de atender. Esto significa que algo no está bien”, comenta el especialista.

Así, la consulta con el profesional de salud es fundamental para diagnosticar tempranamente cualquier anomalía a través de los estudios de control. “La consulta debemos realizarla con un cardiólogo clínico, quien realizará al paciente un cuestionario para determinar el entorno del paciente, y conocer cuándo sucede la arritmia y bajo qué situaciones. Además del cuestionario, el médico le realizará al paciente un estudio físico, un electrocardiograma y una placa de torax. Por último el especialista realizará una ecografía y una argometría para medir el corazón en situaciones de esfuerzo físico”, comenta el Dr. Scazzuso.

Afortunadamente, la FA puede tratarse, y el índice de curación es alto. Las opciones terapéuticas varían según las características de cada paciente. “Para pacientes con FA de reciente comienzo que no presentan mayores patologías cardiovasculares el tratamiento ambulatorio a base de comprimidos de ingesta oral puede ser una alternativa, aunque puede presentar riesgos vinculados con el olvido de la toma de los comprimidos y la baja eficacia en prevenir la recurrencia de la arritmia” destaca Scazzuso.

“En el caso de los pacientes con FA recurrente, la mejor opción es la ablación por radiofrecuencia transcatéter, un tratamiento muy específico sencillo que permite, mantener una vida normal con frecuencia cardiaca aceptable sin necesidad de administrar fármacos diariamente. La ablación, además de ser mínimamente invasiva para el paciente permite la cura de la enfermedad en el 80% de los casos”, destaca Scazzuso.

¿Qué es la técnica de ablación por radiofrecuencia transcatéter?

La ablación por radiofrecuencia transcatéter es un procedimiento por el cual se cauteriza la zona que provoca la arritmia. Surge en argentina en el año 1992, dando comienzo a la etapa de curación de las arritmias a través de catéteres. “Sólo en el ICBA realizamos más de 1500 procedimientos en los últimos años. Desde el año 2009 que creamos el Programa de tratamiento de la fibrilación auricular pasamos de 153 ablaciones a más de 258 en el 2016”, expresa el especialista.

El tratamiento, que consiste en realizar el mapeo del circuito eléctrico que origina la arritmia del corazón y en eliminarla, se hace en dos pasos. Primero, se lleva a cabo un estudio electrofisiológico que permite conocer con precisión dónde se ubica la causa de la arritmia.

Ese estudio consiste específicamente en un mapeo electroanatómico tridimensional, que reconstruye, a través de catéteres, las cavidades cardíacas en tres dimensiones. Los catéteres son guiados por fluoroscopia (Rayos X) y ecografía intracardíaca (EIC) facilitando la localización de puntos específicos dentro del corazón. En el segundo paso, se ubica el catéter (que es un cable eléctrico delgado) en el lugar donde se origina la arritmia. Allí, desde el catéter se emite la radiofrecuencia por la cual se cauteriza el tejido alterado que causaba la arritmia.

A través de ese procedimiento se aíslan electricamente las venas pulmonares desde donde provienen los estímulos y que ingresan a la aurícula izquierda y desencadenan la fibrilación auricular. Al hacer la intervención, se interrumpe físicamente la conducción entre las venas pulmonares y la aurícula izquierda y así se previene la recurrencia del trastorno.

La crioablación

Además de la ablación por radiofrecuencia transcatéter, existe una nueva técnica denominada “crioablación”, que consiste en ubicar un balón en la desembocadura de cada vena pulmonar (cuatro en general) y aplicar una temperatura bajo cero (de allí la denominación de crio= frío) alcanzando temperaturas de hasta -55ºC.

“Desde 2013 incorporamos esta nueva técnica de crioablación por balón que aporta más beneficios al paciente gracias a la reducción del tiempo que implica el procedimiento lo que aporta mayor confort y seguridad al paciente, durante 2016 realizamos en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires 126 procedimientos con esta técnica”, finaliza el especialista.

Si bien la fibrilación auricular no puede prevenirse, ciertos hábitos de vida pueden ayudar a demorar su aparición. En tal sentido, la alimentación saludable junto con el ejercicio, es recomendable para cuidar la salud del corazón. Asimismo, la consulta periódica con el médico especialista puede ayudar a detectar tempranamente cualquier tipo de anomalía y proporcionan al paciente la oportunidad de evitar complicaciones.

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