NOVA Salud
Conferencia Latinoamericana

Especialistas analizaron los últimos avances en el tratamiento del cáncer de pulmón

Para el 2030, el número de muertes en Latinoamérica causadas por cáncer de pulmón aumentará un 50 por ciento en hombres y duplicará la cifra actual en las mujeres. (Imagen ilustrativa).

Las investigaciones que se han llevado a cabo durante los últimos años acerca de la biología de los distintos tipos de tumores, han permitido desarrollar terapias cada vez más efectivas y menos invasivas para el tratamiento del cáncer. El entendimiento de la composición y los orígenes de cada tipología facilitó la creación de nuevos fármacos como las inmunoterapias y las terapias dirigidas que actúan en forma específica sobre alteraciones genéticas y mecanismos moleculares del tumor.

En el marco de la Conferencia Latinoamericana sobre el Cáncer de Pulmón 2018, organizada por la Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón (IASLC: International Association for the Study of Lung Cancer), que tuvo lugar en la ciudad de Córdoba, Argentina, entre el 15 y el 18 de agosto, se llevaron a cabo distintas sesiones acerca de la importancia de la detección temprana, tratamiento y control de tumores malignos torácicos, avances en inmunoterapia, innovaciones quirúrgicas y terapias dirigidas, entre otros temas.

En América Latina, entre las muertes producidas por cáncer, las del tipo pulmonar son las más numerosas para ambos sexos, de hecho se estima que para el año 2030, el número de muertes en Latinoamérica causadas por cáncer de pulmón aumentará un 50 por ciento en hombres y duplicará la cifra actual entre mujeres.

Si se tienen en cuenta los tratamientos disponibles en la actualidad para cáncer de pulmón metastásico/avanzado sin tratamiento previo (quimioterapia convencional), se ha alcanzado un techo en lo que respecta a la eficacia, más aun considerando algunos parámetros como supervivencia globlal y duración de respuesta.

La necesidad insatisfecha en esta patología es muy alta sobre todo en algunos subgrupos clave de pacientes que presentan mal pronóstico al momento del diagnóstico de su enfermedad, por ejemplo pacientes con metástasis hepáticas. Nuevas terapias con mayor eficacia son necesarias. Las estrategias de combinación entre inmunoterapia-quimioterapia e incluso agentes biológicos muestran ser una opción para pacientes con cáncer de pulmón en primera línea incluyendo pacientes con aberraciones genómicas EGFR/ALK con progresión o intolerancia a terapias target, donde en la actualidad no quedan muchas opciones.

La inmunoterapia, “piedra angular del tratamiento oncológico”

El sistema inmunitario es el mecanismo de defensa natural contra invasores, como virus y bacterias, para mantener sano al organismo. Detecta y destruye todo aquello que no deba estar en el cuerpo, incluyendo a las células normales que se vuelven cancerosas. Es capaz de reconocer cambios sutiles (mutaciones) que se producen en las células anormales y, por lo general, lo hace mediante los linfocitos T, un tipo de células que buscan y eliminan toda amenaza potencial. Sin embargo, en algunos casos, esas células con mutaciones logran evadir la respuesta inmunitaria, lo que les permite desarrollarse hasta convertirse en tumores potencialmente peligrosos.

Para la Dra. Rosario García Campelo, miembro Junta Directiva de la Sociedad Española de Oncología y de visita en Argentina para este evento, se puede decir que “el cáncer es un fracaso del sistema inmune. El uso o el intento de que sea nuestro propio organismo el que se encargue de reconocer y destruir a las células cancerosas lleva años siendo investigado en distintos tumores, pero no ha sido hasta recientemente en el que, por fin, hemos comprobado y validado su uso en la práctica clínica, convirtiendo a la inmunoterapia hoy, una de las piedras angulares del tratamiento oncológico”.

La especialista remarcó que estamos viviendo un momento histórico en la oncología y que sin duda constituye una enorme responsabilidad, “con la quimioterapia, básicamente atacamos las células con una alta capacidad de reproducción o división, tanto células tumorales como células normales, somos muy poco selectivos, lo que hace que nos enfrentemos a toxicidades no específicas por el daño en tejidos normales”.

“Con las dianas terapéuticas atacamos casi en exclusiva a células tumorales con una determinada característica molecular o genética, mientras que con la inmunoterapia lo que hacemos es estimular o inhibir mecanismos que bloquean la actividad de nuestro sistema inmune y que le permiten detectar y destruir a la célula cancerígena. Podría decirse que despertamos a nuestro sistema inmune para que sea capaz de reconocer y atacar a la célula neoplásica”, explicó.

Las inmunoterapias para el cáncer tienen como objetivo ayudar al sistema inmunitario a reconocer y atacar células cancerosas. Pero no todas las inmunoterapias funcionan igual, algunas buscan y ‘sobreescriben’ los mecanismos que evitan la respuesta inmunitaria, mientras que otras apuntan a estimular una respuesta de los linfocitos T.

Recientemente, en el marco del Congreso Americano de Oncología Clínica (ASCO 2018) y a los asistentes de la Conferencia Latinoamericana, Roche presentó los resultados favorables de su estudio de Fase III, denominado “IMpower 150”.

Los resultados demostraron un beneficio de supervivencia significativo con su inmunoterapia atezolizumab, en combinación con bevacizumab, carboplatino y paclitaxel (quimioterapia) para el tratamiento inicial de cáncer de pulmón de células no pequeñas metastásico no escamoso, en comparación con bevacizumab más carboplatino y paclitaxel sin la inmunoterapia. También se observó un beneficio de supervivencia global en poblaciones clave por ejemplo pacientes con metástasis hepáticas y pacientes con alteraciones genéticas EGFR/ALK+ progresados o intolerantes a terapias target y en todos los subgrupos pre especificados.

Atezolizumab, es una inmunoterapia anti PD-L1, indicada tanto en un tipo de cáncer de pulmón como en tumores uroteraliales metastásicos. La PD-1 es una proteína ubicada en la superficie de los linfocitos T que sirve para mantener bajo control la respuesta inmunitaria (el sistema de defensa natural del organismo). Cuando la PD-1 se une a la proteína PD-L1 en una célula cancerosa, evita que los linfocitos T la destruyan. La célula tumoral se “disfraza”, desactiva los puntos de control y pasa inadvertida para el sistema inmunitario. Las inmunoterapias para el cáncer anti-PD-L1 restauran la respuesta inmunitaria para que los linfocitos T destruyan células cancerosas.

Cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón sigue siendo el más mortal de todos los cánceres, siendo responsable de 20 por ciento de los fallecimientos por esta enfermedad. En el mundo se producen anualmente unos 1,8 millones de casos.

Se lo clasifica según el tamaño de las células bajo el microscopio y el tipo más común es el “cáncer de pulmón de células no pequeñas” (CPCNP) que representa el 85 por ciento de los casos.

A partir de 2004, la biología molecular revolucionó el conocimiento de esta enfermedad al hallar que el cáncer de pulmón de células no pequeñas era causado por múltiples y diversas alteraciones genéticas (tales como ALK, EGFR, KRAS y otras). Al descubrir la existencia de múltiples tipos de cáncer de pulmón desde el punto de vista molecular, se comenzaron a desarrollar tratamientos específicos dirigidos a cada alteración o grupo de alteraciones genéticas. El avance constante en este campo busca alcanzar la cronicidad de esta enfermedad.

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