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De la evasión a la rebelión: multitudinaria manifestación en Barcelona en solidaridad con Chile

Movilización de chilenos en España. (Foto: NOVA)

Por Grisel Gallino Fernández, corresponsal de NOVA en España

Casi mil personas protestaron al mediodía del lunes 21 de octubre frente al Consulado chileno en Barcelona. Se trataba principalmente de chilenas residentes en la ciudad, además de algunas simpatizantes europeas y de otros lugares de América Latina. Su objetivo era apoyar el alzamiento popular contra el costo de la vida y los abusos que se mantienen por días en ese país, además de repudiar el estado de excepción e intervención militar decretados por el gobierno de Sebastián Piñera.

Hasta el Consulado llegaron con pancartas e instrumentos musicales. La convocatoria es una más de muchas que se están realizando en todo el mundo. En Barcelona, el llamado circuló entre las redes latinoamericanas y fue apoyado por los colectivos que el pasado 12 de octubre se manifestaron contra el legado colonial del imperio español.

NOVA entrevistó en exclusiva a Daniela Figueroa, del Colectivo Katari, quien brindó precisiones sobre la protesta.

- ¿Qué hechos promovieron el reclamo popular de chilenos que viven en Barcelona?

- Como chilenas no podemos sino hacernos parte de este momento de despertar popular en Chile. No somos el oasis en Latinoamérica que Piñera y la elite dicen que somos. Y lo que están viviendo nuestras hermanas es parte de la misma lucha contra la elite colonial, capitalista, patriarcal y neoliberal que se vivió hace poco en Ecuador y se sigue librando en otros países.

Si bien las movilizaciones en Chile se iniciaron a través de la evasión del tiquete del Metro luego de un alza de alrededor de 40 céntimos de Euro, esto fue la gota que rebalsó el vaso, pero el problema es mucho mayor. El costo del transporte es la punta del iceberg. Lo que está debajo son pensiones miserables con las que el gran capital sigue ganando dinero, salud precaria, hospitales que colapsan, sueldos miserables, endeudamiento para pagar gastos básicos, epidemia de depresión, altos sueldos de la élite política, percepción de inseguridad y delincuencia, casos de corrupción en la Policía y el Ejército, impunidad de políticos corruptos, privatización del agua, ciudades enteras que son zonas de sacrificio ambiental. Es un todo.

- ¿Cómo creen que se puede hallar una salida al conflicto?

- Creemos que es el momento que se pronuncie la ONU, Amnistía Internacional, la Comunidad Europea, porque en Chile se están violando los derechos humanos.

Después de siete días de aplicación del Estado de excepción constitucional, 18 chilenos han sido asesinados por la brutal represión de los agentes del Estado, a lo que suman la existencia de 10 cuerpos calcinados, de los cuales aún se desconocen sus identidades. Hasta el momento existen 300 personas heridas por traumatismos y disparos, de los cuales 169 son niños y niñas. Por su parte, las redes sociales denuncian casos de secuestros, torturas, abusos sexuales y de estudiantes desaparecidos, todo lo cual recuerda la sangrienta dictadura cívico-militar de 1973-1990. Después de varios días de censura o autocensura, los grandes medios de prensa han comenzado a informar sobre estos casos.

Las cifras de muertos se asemejan a lo sucedido en la jornada más sangrienta de protesta social contra la dictadura del general Augusto Pinochet, ocurridas entre el 11 y 12 de agosto de 1983, cuando se asesinó a 29 personas y más de 100 fueron gravemente heridas.

- ¿Por qué creen que Sebastián Piñera ha establecido un Estado de Sitio?

- Piñera ha establecido un Estado de Sitio de facto descontrolado, a fin de utilizar la fuerza militar para sus fines políticos, intentando suprimir las justas exigencias del pueblo chileno. En contraparte con la utilización de los cuerpos armados del Estado, Piñera rehúye sus responsabilidades políticas, pretendiendo achacar el desorden y creciente ingobernabilidad del país a los "vándalos", ignorando el trasfondo del gran malestar social. Según sus propias palabras, se encuentra en “guerra contra un enemigo poderoso”. Ese enemigo interno no es otro que el propio pueblo chileno, el cual hoy se manifiesta por sus derechos a trabajo, salud, educación y seguridad social digna.

Las organizaciones como la nuestra llamamos a la solidaridad de los pueblos y la comunidad internacional para detener la actual violación de los Derechos Humanos en Chile. Solicitamos al gobierno y al Parlamento francés que exijan al gobierno chileno la detención de los abusos y matanza de sus ciudadanos y ciudadanas, derogando inmediatamente el “Estado de Sitio” de facto, utilizando el denominado “Estado de Excepción Constitucional” y del “toque de queda”, junto a la desmilitarización inmediata de las calles y ciudades del país, incluido el territorio mapuche (Wallmapu).

- ¿Cómo tomaron las declaraciones de que los acontecimientos vividos fueron obra de simples “vándalos” y “delincuentes”?

- La propia intendenta de Santiago, Carla Rubilar, ha hecho un mea culpa político en la madrugada de este domingo 20, contrastando con la arrogancia y amenazas del ministro del Interior, Andrés Chadwick, y el ministro de Defensa, Alberto Espina, para quienes efectivamente los acontecimientos vividos fueron obra de simples “vándalos” y “delincuentes”.

Es evidente entonces que la protesta no ha sido un fenómeno sorpresivo, un estallido espontáneo, sino un proceso que se ha ido incubando, madurando, desde la profundidad del malestar ciudadano, y cuya magnitud fue desestimada o despreciada por La Moneda y sus aparatos de inteligencia y análisis prospectivo y sus asesores del Segundo Piso.

El descontento social es innegable y solo una contumaz ceguera política y torpeza intelectual en las esferas de gobierno pueden justificar este camino al abismo, este rumbo de colisión y el riesgo de caer en el desgobierno, la completa desestabilización y la cesión del poder a manos castrenses, militaristas o francamente fascistas y promotores histéricos de una versión bruta de la “tolerancia cero”.

Nada sacan con buscar culpables o esgrimir el argumento imbécil de un supuesto complot. Es que las masas, los ciudadanos, la gente o la calle -como quieran definir al pueblo- ha asumido el protagonismo social y enfrentado al gobierno del presidente Sebastián Piñera, propinándole una derrota política de proporciones.

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