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Ahora vienen por las combis: Uber no está sola

Ahora vienen por las combis.

Por Anailén Nassif Gopar (*), especial para NOVA

Si alguien ojeó el diario del gallo este domingo en Uruguay, probablemente se topó con un aviso pidiendo asociados para un emprendimiento que guarda amplias similitudes con los servicios que brinda la empresa Uber, de transporte de pasajeros en autos particulares.

En este caso, el aviso reclama para una APP (aplicación utilizada mediante el celular), socios colaboradores con “transporte” de hasta 17 pasajeros con aire acondicionado y unidades del año 2013 en adelante. Parece que la idea está en pañales porque la dirección de correo electrónico de contacto que se exhibe es de un servidor público.

Ahora bien: hemos sabido de las repercusiones que ha tenido el ingreso a mercado uruguayo de la firma Uber ante los taxistas y sindicatos respectivos.

Estas empresas se denominan “disruptivas”. Según la Real Academia Española, ‘disruptivo’ es algo “que produce ruptura brusca”. Y esa cualidad es la que más se aproxima a la esencia de una disrupción: que rompe con lo que había antes.

También se podría considerar disruptivo aquello nuevo que genera nuevos mercados y consumidores. En realidad lo que ha venido sucediendo con estas empresas es que son creadas por emprendedores que observan las necesidades del consumidor y se acercan a él a través de instancias renovadoras, sencillas y de inmediata aplicación.

Este aviso que apareció en un suplemento del diario dominical no es más que una muestra de dos cuestiones: la velocidad y la necesidad.

En el caso de Uber, esta empresa observó que el mercado uruguayo se llenó de autos nuevos, no siempre con la posibilidad real de sus dueños de poder mantenerlos, por lo tanto le aportó una posibilidad de realizar un negocio redituable (para tres partes: empresa, chofer y pasajero).

El consumidor vio que una posibilidad se abría en pos de mejorar una parte de su calidad de vida. Unió oferta con demanda, fue nexo, intermediario y generó un nuevo mercado. Cuenta redonda.

Ahora a alguien “disruptivo” se le ocurrió que lo mismo podía hacerse en el caso de más pasajeros. Las más conocidas “combis” pasan a ser ahora el objetivo de mentes creativas y que utilizan las herramientas digitales para realizar negocios.

Lo que se viene puede ser pronosticado: quejas de los dueños de transporte de pasajeros, quejas por los impuestos que pagan (que son altos, muchos y que incluso deben abonar un canon de garantía al Ministerio de Turismo), quejas de los empresarios y algún gremio o sindicato, palabras varias de Diputados, Senadores, Ministros y potenciales pasajeros.

Eso sí: velocidad y necesidad siguen de la mano. La tecnología no se detiene y las necesidades generales crecen. El pecado más grave de soberbia que, como ciudadanos de este mundo digital podemos creer ante las empresas disruptivas, es que “acá no va a pasar, que a Uruguay no le va a llegar”.

Error. Es el ahora. Y recién comienza.

(*) CEO del portal www.uruguay30.com.uy – Servicios Integrales de Comunicación.

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