Recientemente, un amigo de la actriz confesó a la prensa que la intérprete y directora “extraña mucho” al padre de sus hijos. “Está muy angustiada porque se precipitó en la decisión y siente que quizás ya sea demasiado tarde para arreglarlo”, señaló.

A esta versión se suma la publicada hace unos días por el portal HollywoodLife, que difundió declaraciones de un familiar, donde deja traslucir la depresión que estaría atravesando Jolie: “No come y no deja de dar vueltas por la casa de los nervios que tiene”.

Más allá de toda especulación, hay hechos concretos: el pedido de divorcio ya emitido y la división de bienes ya iniciada. Ciertamente, la pareja puso a la venta algunas propiedades que compartían. Por ejemplo, la mansión que poseen en Correns, Francia, donde los actores celebraron su boda el 23 de agosto de 2014 e incluso convirtieron en base de operaciones para la distribución de una firma de vinos de creación propia. "Jolie-Pitt es el nombre que aparece en las etiquetas de las botellas, pero es muy posible que en el siguiente período de producción se incluya una nueva sin sus nombres", informó una fuente cercana a la revista Us Weekly.

Por otro lado, la casa que adquirió Angelina en Malibú está siendo remodelada bajo su propia supervisión, ya que planea vivir allí con sus hijos.

Mientras continúan la gestiones para la venta de los bienes que la pareja posee en común, el proceso de divorcio parece haberse estancado: la última información que se conoce acerca de este tema es que aún no está consumado, ya que Brad Pitt no ha respondido la demanda de su ¿ex? esposa.

Fuentes del entorno del actor deslizaron a la prensa que Pitt demora su contestación porque estaría evaluando no pedir la custodia física y legal conjunta de sus hijos para evitar una penosa batalla en los tribunales que podría afectar el bienestar de los seis niños.