La confesión se habría producido esta madrugada, cuando "Conejo" se quebró y, en la seccional en la que estaba detenido, les contó a los policías que era el responsable del crimen.

De todos modos, para que la declaración tenga validez legal, el acusado deberá ratificar lo dicho ante la jueza que interviene en una causa que conmovió a la sociedad y mantuvo en vilo a la Argentina y al Uruguay.

"Si la policía obtuvo los dichos del sospechoso, serían en todo caso un posible indicio, aunque no tienen validez hasta que no lo haga en el ámbito judicial", ratificó el vocero de la Suprema Corte.

Repaso de los hechos

Los últimos testimonios recogidos por la Justicia uruguaya incrementaron las sospechas sobre el changarín de 45 años que se encontraba prófugo. Según pudo reconstruirse, a "Conejo" le ofrecieron trabajo para pintar el techo de una casa sobre la playa porque tenía problemas de dinero.

Dos compañeros contaron este miércoles que desapareció entre las 15 y las 18 horas del día en que supuestamente murió Lola, regresó con bolsas de comida y dijo que había encontrado dinero. Esa hipótesis apunta a que el crimen se produjo en el marco de un robo, ya que la joven de 15 años llevaba 2.500 pesos.

Cuando la adolescente argentina todavía era buscada por las fuerzas de seguridad uruguayas, el supuesto asesino protagonizó una entrevista televisiva en la que habló del caso y se mostró totalmente ajeno al crimen.

"Hace muchísimos años que estoy acá, soy asesor turístico", dijo "Conejo" ante las cámaras de un canal de la televisión argentina. En esa misma nota declaró que, a pesar de conocer el hecho, no tenía "la menor idea" de lo que pudo pasar: "No sé la verdad, habría que hablar con los familiares sobre ese tema, a este lugar vienen muchos jóvenes".