El cantante venezolano Carlos Baute reconoció públicamente a primogénito, José Daniel Arellán, fruto de una vieja relación adolescente cuando el artista tenía apenas 15 años.
“Celebrando hoy el día del padre, les comparto esta foto que me hace inmensamente feliz… Después de tantos malentendidos por ambas partes, José Daniel y yo tenemos la relación padre e hijo que debió haber sido desde siempre. Te pido perdón por mis errores y de ahora en adelante vamos a recuperar el tiempo perdido. Te quiero hijo”, escribió en su cuenta en Instagram.
Carlos Baute Hay que tenerlas cuadradas... 12 años de batallas legales; quizá para negar a su hijo... Los tribunales le dicen: es tu hijo... Punto!. Y el muy hipócrita le dice: "te quiero hijo" vamos a recuperar el tiempo perdido...
— Carlos Level (@carloslevelgar) June 21, 2021
En el texto también le daba las gracias su actual esposa, Astrid Klisans, por su “apoyo incondicional”. Arellán tiene 33 años y nació cuando su madre apenas contaba con 13 años.
El joven se fue a vivir a España en busca de una vida mejor, y en 2009 logró conocer a su padre. 3 años después, en noviembre de 2012, Baute le reconocía como hijo, pero su relación siempre fue fría y distante. De hecho, fue un juzgado quien tuvo que reconocer al chico como hijo del músico en 2013.
La relación era tan fría que hace un lustro Arellán le exigió una pensión de alimentos de 900 euros al mes durante 5 años, 54 mil euros en total a la que Baute se negaba.
En 2016 el joven perdió esa demanda, y llegó a decir: “A día de hoy siento vergüenza de que seas mi padre”. Justo ese mes de julio nacía Markuss Baute, el primero de los hijos del artista con la modelo letona Astrid Klissans, con la que se había casado en 2011. También tienen una niña, Liene Baute, nacida en 2018.
A lo largo de estos años la vida del joven Arellán no ha sido fácil. Hasta ahora vivía en Baeza, Jaén, adonde se mudó siguiendo a una pareja con la que ya no mantiene la relación. El joven trabajaba por horas en una gasolinera, mientras que su padre estaba en Madrid y su madre permanecía en Venezuela.
“Ruego a mi padre que me ayude, tiene una solvencia económica suficiente como para hacerlo”, afirmaba hace un año en los medios. “No pretendo que me mantenga para siempre, pero en estos momentos le necesito. Es un acto humano. Quiero que se dé cuenta de que lo estoy pasando muy mal”, expresó.
