Mundo NOVA
Amor con hambre no dura

Hambruna, desempleo y pobreza acompaña a los venezolanos

Existe una negativa del presidente Nicolás Maduro y su equipo de Gobierno de aceptar una situación, que además de histórica, “se le salió de las manos”.

Con el inicio en firme del 2015, el panorama laboral, académico y productivo de Venezuela, se encuentra en el punto más alto de una crisis, que ha crecido con el paso del tiempo, en medio de la negativa del presidente Nicolás Maduro y su equipo de Gobierno de aceptar una situación, que además de histórica, “se le salió de las manos”.

Los habitantes de Caracas, Maracaibo, el Táchira, no solo enfrentan en “silencio” su caída en picada hacia la pobreza, sino que el hambre, y el desempleo se convierte en una “bomba de tiempo” a punto de estallar. La razón. Los niños y las personas de la tercera edad son los principales damnificados, del desastre llamado “Revolución Bolivariana”.

El hecho que un venezolano se vea obligado a hacer una fila de más de 6 u 8 horas para conseguir alimentos de canasta familiar, o hacer la misma actividad para conseguir una batería de carro por dos u ocho días, deja en evidencia el panorama “oscuro” de un país, que no supo manejar su bonanza petrolera, para darle pasó hoy a la incertidumbre, la ingobernabilidad y una amenaza de golpe de Estado latente.

Las peores horas para Venezuela y los venezolanos están por venir. Miles de sus habitantes comenzaron a salir del país hacia Colombia, Ecuador, México, Argentina y Estados Unidos. Un proceso no de ahora, sino de hace 8 meses. El drama familiar en los hogares de caracas y otras ciudades, pasa por las lágrimas de padres e hijos, que se alimentan con lo que pueden. Ante una enfermedad, se suma un nuevo problema, por la ausencia de medicamentos.

Aunque el Gobierno ha restringido el uso de cámaras de televisión, fotográficas y de celulares, se conocen imágenes de los supermercados desocupados, en medio de fuertes medidas de seguridad. Caracas es un teatro de guerra. No por la confrontación armada, sino producto del hambre, la desolación y la pobreza. A este panorama se suma, el desabastecimiento de gasolina, la caída del turismo. Por donde se le mire, Venezuela es un caos. Un país donde puede pasar cualquier cosa. Su futuro no pasa por un asunto de ideología sino de supervivencia.

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