A la hora de los negocios, se olvida de la ideología y los derechos humanos: Lacalle Pou avanza en el TLC con China

Uruguay y China avanzaron en materia de relaciones internacionales con las 24 tratados y memorándums firmados, entre los cuales destaca la elevación de Asociación Estratégica a Asociación Estratégica Integral de Uruguay como socio comercial del gigante asiático. Esto es fundamental en el camino hacia el posible Tratado de Libre Comercio (TLC) que el país busca desde hace meses; a lo que también se suma una nueva posibilidad: la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina y su visión mucho menos restrictiva respecto del Mercosur y las negociaciones bilaterales.
El encuentro entre el presidente Luis Lacalle Pou y su par chino Xi Jinping en Pekín duró dos horas, que bastaron para avanzar más en materia de relaciones comerciales y diplomáticas que todas las negociaciones de los últimos meses. Entre los consensos alcanzados, además de la elevación de la relación entre ambos países al nivel de Asociación Estratégica Integral, los mandatarios acordaron “continuar realizando esfuerzos para acelerar la construcción de una Asociación de Libre Comercio (TLC)”.
Xi Jinping dijo que China y Uruguay buscan “avanzar aceleradamente” hacia un TLC. Comunicado de Presidencia.https://t.co/ynAvZ5lROh
— Subrayado (@Subrayado) November 22, 2023
En ese sentido, Xi destacó durante la reunión que "tanto China como Uruguay son partidarios del Libre Comercio entre ambos países y seguirán promoviendo y mantendrán comunicación para avanzar aceleradamente", tal y como consignaron fuentes del gobierno.
Lo cierto es que el escenario para Uruguay cambió, y no solo por el viaje de Lacalle Pou a China y la clara muestra de voluntad política de profundizar las relaciones con el gigante asiático; sino también por la redistribución de poderes dentro del Mercosur y la posibilidad de que la postura firme del bloque en contra de los acuerdos bilaterales ya no sea tal.
Milei, ¿una oportunidad para Uruguay con China?
Es sabido que las dilataciones en las negociaciones entre Uruguay y China por la firma del TLC, a pesar de los rápidos avances que hubo respecto de los estudios conjuntos de factibilidad para el mismo, es que el gigante asiático priorizó un acuerdo comercial con el Mercosur, luego de que Luiz Inácio Lula da Silva regresara a la presidencia de Brasil —con una línea de comercio exterior diferente a la de su predecesor, Jair Bolsonaro.
La postura regional fue firme durante todo el año en este sentido, y generó rispideces con el gobierno de Lacalle Pou, quien insistió en todas las reuniones de los países miembro en la necesidad de flexibilizar la normativa del organismo multilateral para aprovechar las oportunidades que se presentaban para cada nación, sin las demoras de la negociación con la región.
Las tensiones entre Uruguay y Argentina y Brasil —los más fuertes dentro del bloque y quienes marcaron el rumbo del mismo durante el último año, en unidad— llegaron al punto de que el mismo presidente uruguayo acusó de la existencia de “gestiones diplomáticas” de ambos gobiernos para frenar el TLC con China.
Ahora bien, el desenlace electoral en el país vecino del pasado domingo plantea un nuevo escenario para el gobierno uruguayo, que depositó un importante capital político en la posibilidad de cerrar el acuerdo de libre comercio con uno de sus principales destinos de exportación. Esto se debe a que el futuro gobierno del libertario Javier Milei podría disminuir las presiones del Mercosur y habilitar esa flexibilización que tanto reclama Lacalle Pou.
Al respecto, el presidente electo de Argentina se había mostrado a favor de la eliminación del Mercosur, en una postura mucho más radicalizada que la uruguaya —que, más allá de los reclamos, entiende los beneficios que trae el comercio regional, al menos para la economía nacional.
"El Mercosur es una unión aduanera que favorece a empresarios que no quieren competir y que va en contra de los intereses argentinos", apuntó el entonces candidato en entrevista con el semanario Búsqueda. Milei también se refirió a la no intervención del Estado en el comercio internacional y a la posibilidad de cortar relaciones, al menos diplomáticas, con Brasil y China.
Por su parte, la economista Diana Mondino, quien se perfila como la canciller en el gobierno libertario, expresó un pensamiento menos tajante sobre las relaciones y consideró que “el Mercosur tiene que ser revitalizado”, ya que "ni el mundo ni los países del Mercosur tienen las mismas necesidades ni oportunidades que cuando se generó el Mercosur".
Esta postura va mucho más en línea con la planteada por el gobierno de Lacalle Pou, que podría ver en el cambio político del país vecino la oportunidad perfecta para avanzar en los acuerdos bilaterales que, hasta el momento, parecían demorados. Principalmente en cuanto a la firma del TLC con China, que podría ver obstaculizadas sus intenciones de acordar con el Mercosur como bloque.