Valentina Dos Santos reaparece en la asunción de Artigas: de condenada a figura clave en las sombras del poder


Por Gabriel Pereira, especial para NOVA
Este lunes, Artigas fue escenario de una asunción cargada de tensión, miradas cruzadas y silencios incómodos. Mientras Emiliano Soravilla tomaba el mando como intendente interino, en reemplazo del saliente Pablo Caram -envuelto en la causa judicial por horas extras irregulares-, todos los ojos se desviaron hacia una figura que parecía haber quedado fuera del juego político: Valentina Dos Santos.
Condenada en 2024 por usurpación de funciones, tras ordenar pagos indebidos en la intendencia sin tener facultades para hacerlo, Dos Santos fue obligada a cumplir seis meses de libertad a prueba y tareas comunitarias. También renunció a su banca como diputada, pero nunca abandonó del todo la política. Esta semana, lo dejó claro.
Durante el acto oficial, Valentina tomó la palabra. Habló con fuerza, sin evasivas, y se mostró segura, desafiante, dejando en claro que no piensa desaparecer del mapa político del norte. “Yo sé lo que hice y también sé lo que no hice. No me voy a callar”, lanzó, en una frase que fue mucho más que una defensa personal: fue una advertencia.
La presencia de Dos Santos -sobrina del exintendente Caram y figura de peso en el Partido Nacional de Artigas- transformó un acto institucional en una postal de poder interno. Aunque legalmente inhabilitada para ocupar cargos electivos por el momento, su discurso sonó a relanzamiento. Su entorno la impulsa como posible secretaria general de la Intendencia en esta nueva etapa, y se habla incluso de un regreso más ambicioso si su situación judicial lo permite.
No es solo especulación: Valentina sigue activa en redes, al frente de su programa “Vale Emprender” y presente en actos políticos. Su llegada barrial sigue fuerte y su apellido conserva peso. Aunque algunos sectores dentro de su propio partido quieren tomar distancia, otros la consideran “la líder natural del artiguismo”, y la realidad muestra que, pese al escándalo, sigue marcando presencia.
La asunción de Soravilla, lejos de representar un cambio real de rumbo, pareció más una transición estratégica dentro del mismo esquema de poder. La figura de Dos Santos flotó en el aire de ese acto, y quedó claro que si bien no ocupa un despacho, sigue manejando hilos.
La política artiguense no le dio la espalda. Y si algo dejó claro esta semana, es que Valentina no se esconde. Condenada, sí. Retirada, jamás.