La comparación histórica muestra el deterioro. En mayo, las opiniones positivas alcanzaban el 30% y las negativas apenas el 19 por ciento. En julio/agosto el balance seguía siendo favorable, aunque más estrecho, con 29 porcentual de aprobación y 22 de rechazo.

Ya en setiembre/octubre, la brecha se cerró: 26 por ciento de opiniones positivas y 29 negativas. El último cuatrimestre consolidó un corrimiento desde la neutralidad hacia la desaprobación y dejó un saldo negativo de -2 puntos, frente a los +9 registrados en el primer semestre del año.

La encuesta también midió la aprobación personal de Orsi, que se mantiene por encima de la valoración del gobierno. El 34% de los consultados tiene una opinión positiva del presidente, un 35% expresa una visión neutra y un 30% desaprueba su desempeño.

Entre los votantes del Frente Amplio (FA), el 57 por ciento respalda al gobierno y un 34 se mantiene en la franja neutral. En contraste, entre los electores de la Coalición Republicana, casi la mitad (48 puntos) califica la gestión como mala, frente a solo un 8 porcentual que la valora positivamente.

Opción Consultores también evaluó la gestión económica. El 27 por ciento de los uruguayos aprueba el manejo económico (4 "muy buena" y 23 por ciento "buena"), el 36 por ciento lo considera "ni bueno ni malo" y el 35 lo desaprueba (23 "mala" y 12 "muy mala").

La aprobación prácticamente no cambió respecto a julio/agosto, pero sí se redujo con fuerza el segmento neutral (de 48 a 36 por ciento) y crecieron las opiniones negativas (de 19 a 35 puntos), reflejando un deterioro claro en el humor económico.

La gestión de la seguridad pública es el aspecto peor valorado del gobierno. Apenas el 16 por ciento de los consultados la aprueba (2 por ciento "muy buena" y 14 "buena"), mientras que un 60% expresa desaprobación, distribuidos entre 31 "mala" y 29 "muy mala".

En comparación con julio/agosto, la brecha negativa se agravó: la aprobación pasó de 18 a 16 por ciento, los neutros bajaron de 27 por ciento a 21, y la desaprobación subió del 53 al 60 porcentual. La diferencia entre aprobadores y desaprobadores llega a 44 puntos, el peor desempeño entre todas las áreas medidas.

El desafío hacia 2026 será revertir la percepción negativa en estos dos ejes, en un contexto donde la evaluación del presidente continúa siendo más sólida que la del gobierno, pero donde el humor social muestra señales de alerta crecientes.