La venganza será terrible: el Gobierno de Orsi amenaza con terminar unilateralmente el contrato de Cardama
El Gobierno de Yamandú Orsi está considerando seriamente la rescisión unilateral del contrato con el astillero español Cardama, responsable de la construcción de patrulleras oceánicas. Esta decisión se basa en un informe jurídico solicitado por el Poder Ejecutivo, que analiza las posibles acciones a tomar ante las "graves irregularidades" detectadas en la garantía presentada por el astillero.
El informe, elaborado por la catedrática Cristina Vázquez, plantea dos alternativas: la renegociación del contrato bajo nuevas condiciones o la rescisión unilateral. La renegociación se presenta como un camino complejo, debido a los repetidos intentos fallidos de validación de la garantía y la falta de acceso a información financiera relevante del astillero. Esta situación genera una importante pérdida de confianza y una "vulneración del principio de buena fe contractual".
Arrastraron al pobre Orsi a una denuncia de Cardama sin fundamento, lo único que les interesa es retrasar el control en el agua... https://t.co/Dp0jqt042R
— nada es nada (@EdiMartines2) December 18, 2025
La segunda alternativa, la rescisión unilateral, se justifica por la gravedad del incumplimiento y la necesidad de proteger el interés público. El informe jurídico señala que esta opción está contemplada en el artículo 70 del Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera (Tocaf), lo que habilitaría legalmente al gobierno a tomar esta decisión. En caso de rescisión, se aplicaría una cláusula contractual que transferiría automáticamente al Estado la propiedad de lo construido hasta el momento.
Además del análisis jurídico, el gobierno ha ampliado por segunda vez la denuncia penal contra Cardama. Esta ampliación se basa en una nueva pericia del Ministerio del Interior que analiza el documento de garantía y concluye que "no hay firma digital", sino copias calcadas.
El prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz, ha señalado la existencia de "incumplimientos por parte de la empresa" en la construcción de las patrulleras, así como un "cúmulo de irregularidades" en torno a la compra. Subrayó que la situación es lo suficientemente grave como para haber generado un gran escándalo si hubiera ocurrido bajo la administración anterior.
La decisión final sobre el futuro del contrato con Cardama está en manos del gobierno uruguayo, que deberá sopesar las opciones disponibles y sus implicaciones legales y financieras. La rescisión del contrato podría tener un impacto significativo en la capacidad de Uruguay para modernizar su flota naval, mientras que la renegociación implicaría superar importantes obstáculos de confianza y transparencia.








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