Este desacuerdo ha reavivado las tensiones internas entre el Frente Amplio (FA) y la Coalición Republicana (CR) en Uruguay. La estrategia oficialista uruguaya, basada en "cierta neutralidad" y la oferta de mediación para mantener la paz en la región, se contrapone a las críticas de la oposición. Esta controversia se produce en un contexto regional marcado por el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, lo que añade complejidad a la situación.

Críticas de la oposición uruguaya

Figuras prominentes de la oposición, como el excanciller Omar Paganini, han expresado su incomprensión ante la decisión de Uruguay de no firmar la declaración sobre Venezuela. Paganini cuestionó si el gobierno uruguayo persiste en una postura de neutralidad "entre el pueblo y la dictadura". El diputado Juan Martín Rodríguez también se sumó a las críticas, argumentando que "el opresor no necesita el apoyo, necesita el silencio" y cuestionando el rol de la Cancillería uruguaya. El senador Sebastián Da Silva, por su parte, insinuó la posible existencia de "secretos" detrás de la negativa a firmar, señalando el aislamiento que esta postura podría generar para Uruguay en el contexto internacional.

Respuesta del oficialismo

Desde el oficialismo, diversos sectores del FA han manifestado su rechazo a lo que consideran una "acelerada escalada militarista" de Estados Unidos en la región. El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, condenó la postura estadounidense, alertando sobre el impacto que el despliegue de fuerzas armadas en el mar Caribe podría tener en la paz de América Latina.

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, también se pronunció en contra de la "agresión imperialista" contra Venezuela y Colombia, señalando que el despliegue militar, las sanciones y las amenazas de Estados Unidos ponen en peligro la paz en el continente.