La historia viviente
La crueldad del nazismo

El exterminio masivo de enfermos mentales que ordenó Adolf Hitler

Adolf Hitler. (Dibujo: NOVA)

El 1° de septiembre de 1939 es recordado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial, pero ese día también entró en vigor el “Aktion T4”, un programa de eutanasia mediante el cual, por orden de Aldolf Hitler, los médicos estaban autorizados para matar a enfermos mentales “incurables”.

Hitler veía a estos pacientes, a los niños con defectos hereditarios y a los discapacitados físicos, como un gasto “innecesario” para el estado.

“La sola idea de que un herido de guerra no tuviera cama porque esta estuviera ocupada por un enfermo mental le parecía a Hitler insoportable, según lo dijo él mismo”, anota el historiador Manfed Vascold en la Enciclopedia del Nacionalsocialismo.

El propio Hitler le había pedido a su médico de cabecera, Karl Brandt, y al director del partido Nazi, Philipp Bohler, que le concedieran a los médicos la “licencia para matar”. Asimismo, los galenos estaban protegidos por una ley promulgada por el gobierno, con la que querían proteger a la población alemana de enfermedades genéticas hereditarias.

Esta ley fue la base legal para perseguir a grupos de la población considerados de menor valor, como enfermos mentales, discapacitados, prostitutas, gitanos, judíos y marginados.

De esta manera, se daba inicio al “Aktion T4” (Operación T4), nombre que aludía al lugar en donde se hallaban las oficinas que coordinaban el programa (calle de Tiergarten No. 4, en el centro de Berlín).

Cámaras de gas, inyección letal e inanición

Seis manicomios, uno en Austria y cinco en Alemania, recibían a los enfermos. En esos centros de eutanasia se estrenaron las cámaras de gas, las mismas que aniquilarían a millones de judíos en los años posteriores.

El gobierno informaba a las familias de los pacientes que estos habían fallecido por alguna complicación.

En un primer período, 70 273 pacientes murieron en las cámaras de gas, pero después de que la población y las iglesias se enteraron del procedimiento y protestaron por ello, se cambió por otro método.

El nuevo procedimiento no estuvo exento de la crueldad nazi: aplicaban la inyección letal, que los podía matar lentamente con un sufrimiento inimaginable. Primero los niños, luego los adultos.

Si el paciente no llegaba a morir a causa de la inyección, lo dejaban sin alimento ni agua, hasta que perezca por inanición.

En total, fueron ejecutadas 200 000 personas entre enfermos mentales, niños con malformaciones y personas ‘asociales’.

Anular su descendencia

Si bien el programa de eutanasia finalizó en 1941, había otro horrendo proceso que continuaba vigente. Era el programa de esterilización que afectó a unos 400 000 hombres y mujeres afectados por alguna de las enfermedades consideradas como hereditarias por los nazis. Estos abarcaban desde la deficiencia mental hasta el alcoholismo.

En la actualidad se sabe que la mayoría de trastornos mentales requiere de la combinación de factores genéticos y ambientales.

Lectores: 712

Envianos tu comentario