La historia viviente
Figuras de la política

José Batlle y Ordóñez: el arquitecto del Uruguay moderno

José Batlle y Ordóñez dejó una huella indeleble en el tejido social y político de la nación vecina.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 21 de enero de 1856 nació en Montevideo José Batlle y Ordóñez, el estadista que no solo lideró Uruguay hacia la modernidad sino que también dejó una huella indeleble en el tejido social y político de la nación.

Hijo del presidente Lorenzo Batlle, desde joven estuvo inmerso en un ambiente de intensa actividad política. Su educación en Francia le proporcionó una perspectiva amplia y progresista, que más tarde aplicaría en su país natal.

Como periodista del diario El Día, Batlle y Ordóñez ejerció una influencia significativa en la opinión pública, defendiendo sus ideales reformistas y progresistas. Su primer mandato presidencial (1903-1907) estuvo marcado por eventos cruciales, como la muerte del caudillo blanco Aparicio Saravia a consecuencia de la batalla de Masoller, en septiembre de 1904, hecho que puso fin a la última guerra civil uruguaya y consolidó la paz en el país.

Durante su presidencia, Batlle y Ordóñez implementó reformas audaces como la estatización de servicios clave, incluyendo los ferrocarriles y el seguro, y la fundación de instituciones financieras que serían pilares de la economía nacional.

Su impulso hacia la separación de la Iglesia y el Estado, la promulgación de una ley de divorcio avanzada para su época y la implementación de leyes laborales que protegían al trabajador, incluyendo la jornada laboral de ocho horas y derechos de indemnización y pensiones, reflejan su compromiso con la justicia social y el bienestar de los ciudadanos. “Que los ricos sean menos ricos para que los pobres sean menos pobres” era la consigna que motivaba el trabajo de Batlle.

Su vida también estuvo marcada por la tragedia: la muerte de su hija adolescente y el duelo en el que resultó muerto el periodista Washington Beltrán -el expresidente lo desafío porque se sintió agraviado por una dirá editorial que éste publicó en su diario- marcaron para siempre el carácter del hombre de Estado.

Su legado político continuó a través de su familia, con su sobrino Luis Batlle Berres y su sobrino-nieto, Jorge Batlle Ibáñez, ambos presidentes de Uruguay, perpetuando su visión política.

A 168 años de su nacimiento su figura es recordada, no solo como un político y periodista, sino como el arquitecto de una nación moderna, justa y progresista. Su visión y sus reformas siguen siendo un faro de inspiración para las generaciones actuales y futuras.

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