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Afecta a todos los niveles

Los detalles del nuevo plan educativo que genera polémica

El abogado Robert Silva, presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), es el principal impulsor.

Mientras en la provincia de Buenos Aires, Argentina, el Consejo General de Educación discutía la posibilidad de eliminar la repitencia escolar, al otro lado del Río de la Plata, el gobierno de Luis Lacalle Pou se alista a lanzar su ambiciosa -y también resistida- reforma educacional.

A solo semanas de la llegada de marzo, mes en el que el plan educativo verá un cambio profundo desde los niveles infantiles hasta los universitarios, la respuesta de los gremios docentes continúa siendo de rechazo. Las razones estarían en el deterioro de la calidad en la enseñanza, en una nación que hasta hace unos años se mostraba orgullosa de los indicadores internacionales sobre su sistema escolar.

Empujada por el abogado Robert Silva, presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), la reforma centra sus principales cambios en el marco curricular, la reorganización de los ciclos educacionales y un nuevo reglamento de evaluación, explicó el impulsor del plan.

“Somos conscientes que, como todo proceso de cambio, existe incertidumbre y resistencias. Pero a medida que vamos avanzando, hemos demostrado que muchos pronósticos catastróficos que diversos actores educativos anunciaron no se concretaron en la realidad”, declaró Silva a este medio.

Para 2010, cuando el entonces presidente José “Pepe” Mujica dirigía el país, el tema educacional ya era uno de los focos principales de la administración frenteamplista. Pero la potente resistencia sindical entre los profesores frenó cualquier intento de reforma, e incluso más. Enfrentó directamente al mandatario de izquierda con el gremio.

Con la actual administración centroderechista, como lo es la de Lacalle Pou, el diagnóstico es similar al del exmandatario en cuanto a la necesidad de una reforma en el sistema educacional.

Entre los principales cambios, Robert Silva destacó el paso “de una política curricular con énfasis en los contenidos de estudio de los diferentes niveles educativos e importante fragmentación curricular, a una educación que desde un Marco Curricular Nacional establece las 10 competencias a desarrollar en el paso de un estudiante por la educación obligatoria”, lo que incluirá el trabajo en habilidades socioemocionales. “El saber, el saber hacer y el hacerlo se constituyen en una trilogía inseparable para nuestra educación”, detalló.

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