El caso da escalofríos por ser además una figura pública como Verónica Castro la involucrada en el chat y según el material que poseemos... “En la madrugada Verónica Castro hablaba de masturbación y veían fotografías muy subidas de tono, pero también hablaba de “el sapito” que son las partes íntimas de las mujeres y los hombres para ese grupo que se llama: Las fantasmas de Verónica’”.

En ese chat la actriz mexicana recibía regalos de sus pequeñas admiradoras, como un enorme oso de peluche. “El grupo de menores, casi a diario hacía zoom y lo llamativo es que está integrado por niñas que van de los 11 a los 17 años y no había niños”.

En ese sentido existirían pruebas de más de 6 horas de video, fotos y mensajes en clave con palabras que solo las integrantes del chat conocen.

Asimismo, si pensamos en el diálogo de un adulto con un menor es imposible no pensar en una desigualdad física y psíquica madurativa, que nos pone en alerta como sociedad y más en esta época dónde el tema de la pedofilia se ha convertido en un flagelo en el mundo real y virtual.

Recordemos además que hace un par de años la reconocida conductora de televisión Yolanda Andrade reveló públicamente haber tenido una relación de pareja con Verónica Castro, dato que la propia actriz se encargó de desmentir y dijo que ella “no era lesbiana y no lo sería en esta ni en las próximas vidas". Como si ser gay o lesbiana fuese una enfermedad o estuviera mal.

Pero lo que si genera un punto de inflexión es la posibilidad de que un adulto use y abuse a un menor de edad y todos como sociedad debemos denunciar estos casos y proteger los derechos del niño.

Ahora será la justicia la que deba investigar y dictaminar si “La Castro” actuó de buena fe o si se dejó llevar por sus bajos instintos, incurriendo en el abuso de menores, llamado pedofilia.

Esperemos que la justicia de México intervenga en este caso y que se llegue a la verdad.

Verónica ¿culpable o inocente?

¡Será Justicia!