La historia viviente
El día que se puso fin a la dictadura

A 39 años del regreso de la democracia al país

El 25 de noviembre de 1984 se realizó una de las elecciones más trascendentes de la historia de Uruguay: la que puso fin a la dictadura militar que gobernó el país entre 1973 y 1985.

El 25 de noviembre de 1984 se realizó una de las elecciones más trascendentes de la historia de Uruguay: la que puso fin a la dictadura militar que gobernó el país entre 1973 y 1985. En un clima de esperanza y participación, los orientales eligieron a la fórmula del Partido Colorado, integrada por Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo para el período 1985-1990, con el 41,22 por ciento de los votos.

Sanguinetti, que había sido uno de los principales negociadores con los militares en el proceso de transición, se impuso sobre el binomio del Partido Nacional conformado por Alberto Zumarán y Gonzalo Aguirre Ramírez -que obtuvo el 35,04 por ciento- y los candidatos del Frente Amplio, Juan José Crottogini y Jose D'Elía, que alcanzaron el 21,26 por ciento.

Las elecciones de 1984 fueron un ejemplo de civismo y madurez política, pese a las dificultades y limitaciones que impuso la dictadura. Hubo presos y dirigentes proscritos, como el líder blanco Wilson Ferreira Aldunate y el fundador del Frente Amplio Líber Seregni, que no pudieron ser candidatos ni votar. También hubo censura y restricciones a la libertad de expresión y de reunión.

Sin embargo, el pueblo uruguayo no se dejó amedrentar y concurrió masivamente a las urnas, con una participación del 87,87 por ciento del padrón. Los comicios fueron fiscalizados por la Corte Electoral, que garantizó la transparencia y la legitimidad de los resultados.

De la mano de Sanguinetti el Uruguay retornó al sistema democrático basado en el respeto a la Constitución, la división de poderes, el pluralismo político y los derechos humanos. El nuevo presidente asumió sus funciones el 1 de marzo de 1985, en el marco de una ceremonia histórica, que contó con la presencia de personalidades internacionales, como el rey Juan Carlos de España, el presidente argentino Raúl Alfonsín y el escritor colombiano mundialmente famoso, Gabriel García Márquez.

Como presidente Sanguinetti tuvo que enfrentar los desafíos de reconstruir el tejido social y económico del país, que había sido devastado por la dictadura. Entre sus principales medidas, se destacan la convocatoria al diálogo nacional, la liberación de los presos políticos, la anulación de las leyes de impunidad, el impulso a la integración regional y la reactivación de la economía. Su mandato concluyó el 1 de marzo de 1990, pero fue elegido nuevamente para el período 1995-2000.

Abogado, periodista e hincha de Peñarol

Julio María Sanguinetti nació el 6 de enero de 1936 en el seno de una familia de clase media. Hijo de Julio León Sanguinetti Maupe y Ema Coirolo Saravia, su abuela materna -Regina Saravia de Coirolo- era hija del caudillo nacionalista Antonio Floricio Saravia da Rosa. En su juventud estudió derecho en la Universidad de la República y obtuvo el título de abogado en 1961.

En 1953 comenzó a trabajar como periodista en el semanario Canelones. Dos años después fue columnista del diario Acción de Montevideo, fundado por el expresidente Luis Batlle Berres. En 1959 viajó a Cuba para cubrir la victoria de la Revolución Cubana y en 1960 estuvo en Costa Rica, en la Conferencia de Cancilleres de la OEA que censuró al gobierno cubano por su decisión de establecer relaciones con la Unión Soviética.

Entre 1967 y 1973 se desempeñó como presidente de la Comisión Nacional de Artes Plásticas. Al dejar dicho cargo ingresó al diario El Día como miembro del Consejo de Dirección. En 1974 fue columnista del semanario latinoamericano Visión. Un año más después fue nombrado presidente del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, permaneciendo en el cargo hasta 1984. En 1981 fundó el semanario Correo de los Viernes, del que fue director hasta 1984 y para el que continúa escribiendo.

En materia política Sanguinetti fue diputado a la edad de 27 años, en 1963. En 1969 el presidente Jorge Pacheco Areco lo designó ministro de Industria y Comercio. En 1972 el presidente Juan María Bordaberry lo puso a cargo del Ministerio de Educación y Cultura. En 1973 fue uno de los principales opositores a la dictadura. Para el plebiscito impulsado por el gobierno militar en 1980 militó activamente por la negativa.

Al concluir sus mandatos volvió al periodismo, profesión que lo apasiona y que hasta el día de hoy es su trabajo. En la actualidad escribe para medios uruguayos y extranjeros y se refiere a sí mismo como periodista. También fue vicepresidente de Peñarol de Montevideo, y es presidente honorario del tres veces campeón intercontinental.

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