Opinión
Gastará 100 millones de dólares

El Gobierno comprará buques noruegos usados y pagará más de lo que cuestan navíos nuevos hechos en China

El Ejecutivo encabezado por el presidente Luis Lacalle Pou rechazó una mejor oferta de un astillero del gigante asiático por temor a las críticas de Estados Unidos.

El Poder Ejecutivo encabezado por Luis Lacalle Pou pagará 100 millones de dólares por la actualización de los buques noruegos destinados a la Armada de Uruguay para el patrullaje oceánico, un costo que sería mayor del necesario para adquirir unidades nuevas.

La polémica en torno a la compra de buques patrulleros de zonas oceánicas (OPV) volvió a surgir cuando se conoció el valor que el gobierno pagará por las embarcaciones noruegas y su actualización —en tanto son naves construidas a inicios de los años 80—: 100 millones de dólares por las tres unidades usadas.

Sin embargo, y a pesar de que el precio de los buques fue el argumento que el Ministerio de Defensa puso sobre la mesa para abandonar la negociación con China —iniciada, muy oportunamente, en plenas conversaciones por el Tratado de Libre Comercio (TLC) como gesto político— incluso luego de las presiones del gigante asiático; la preferencia por los números ya no parece ser tan evidente.

Esto se debe a que el costo de adquirir OPV nuevos no sería tan diferente a la compra de los buques usados —con la reducción de vida útil que suponen sus 42 años de funcionamiento. Por lo que, en términos de gastos a largo plazo, la opción lógica hubiera sido, en un principio, aceptar la oferta del astillero estatal chino CSTC (China Shipbuilding Trading Company), el único que cumplió con el 100 por ciento de los requerimientos técnicos, por 164 millones de dólares en cinco años.

Las razones políticas por detrás de las económicas

Sin embargo, el llamado desde Estados Unidos puede haber tenido mucho más que ver en la preferencia por los buques noruegos —procedentes de un país que, no casualmente, es miembro de la OTAN— que las elevadas ofertas de las demás empresas.

Basta considerar las propuestas mejoradas de Damen, la compañía neerlandesa, y Kership, la francesa, que también participaron de la licitación.

En ese sentido, Damen, bajando la potencia de combate, intentó ofertar dos naves de la serie 1.800 (2.200 toneladas) por menos de 116 millones. Cifra que, por otra parte, es similar a la que la firma francesa Ocea hubiera acercado por dos OPV 270 si no hubiese sido impedida de presentar ofertas debido a cuestiones técnicas.

Asimismo, Kership habría presentado una oferta semejante en un llamado final a precios, algo que nunca sucedió por parte del gobierno.

Por esta razón, la percepción es que, más que un tema económico, la novela en torno a los buques de patrullaje oceánico tiene un fuerte componente político, signado por el alejamiento de China, el acercamiento a la administración de Joe Biden —con una compra que “abriría las puertas de la OTAN”— y por un acuerdo que, de firmarse rápidamente, haría coincidir la entrega de los OPV en plena campaña electoral, abriendo la posibilidad de capitalizar la iniciativa en términos partidarios.

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